jueves, 6 de abril de 2017

Pilates antes, durante y en el post-parto (experiencia personal)

“Cada uno somos arquitectos de nuestra propia vida. Y la felicidad está subordinada al bienestar físico por encima del nivel social o el estatus económico” -Joseph Pilates

  Hace unos 8 años me diagnosticaron unas hernias en las vértebras cervicales (una hernia, una protusión y deshidratación de los discos de otras dos vértebras) con daño en los nervios que irradian a los brazos.      Durante los 6 primeros años desde el diagnóstico, pasé dolores tremendos, crisis en las que los nervios se inflamaban y se me dormían los brazos durante días.

  Después de la insistencia de mi fisioterapeuta, decidí hacerle caso y apuntarme a clases de pilates.

  Bien, este es el motivo principal por el que empecé en esto del pilates o "contrología" pero lo que me gustaría tratar en este post es la importancia que tiene practicar este tipo de ejercicio en el pre-embarazo, durante el embarazo y en el post-parto.

  El método pilates trata de tonificar y fortalecer todos los músculos del cuerpo (empezando por la musculatura interna que es de la que se olvidan la mayoría de deportes) para así lograr una buena postura que nos permitirá hacer una vida diaria físicamente más sana.

  Pero sobretodo, en este método, se trabaja la musculatura abdominal y del suelo pélvico, fundamentales sobretodo en el caso de las mujeres para preparar el embarazo, afrontar el parto y recuperarse después del nacimiento de nuestro bebé.

  En mi caso, llevaba casi un año asistiendo a clases antes de quedarme embarazada. Durante estos meses había logrado reducir drásticamente la medicación (quien conozca el tipo de medicación que se da en estos casos, sabrá que efectos colaterales tiene) y las crisis de dolor me duraban ya sólo un día como máximo.

  Una vez me quedé embarazada y después de que me confirmaran que todo iba bien y que no tenía ninguna contraindicación continuar con pilates, hablé con el instructor y enseguida me incorporé a las clases (de manera adaptada) En este punto quiero hacer un inciso muy importante: si estando en perfectas condiciones físicas y/o no embarazada es importante elegir muy bien el centro donde se va a practicar pilates (una clase de mas de 8 alumnos no es buen sitio, un instructor que no está pendiente todo el rato de como ejecutan los ejercicios sus alumnos no es buen instructor, un monitor de gimnasio sin preparación específica...huye) estando embarazada o teniendo algún tipo de lesión (crónica o temporal) hay que ser muy cuidadosx con el sitio que se elige.

  Para ser exacta, estuve asistiendo a las clases desde la primera ecografía a las 7 semanas de embarazo (mitad de septiembre aproximadamente) hasta el 1 de abril (me quedaban 20 días para dar a luz)

  Evidentemente, los primeros meses podía realizar casi todos los ejercicios (salvo algunos contraindicados para embarazadas tipo elevar la pelvis más de la línea de hombros) y a medida que iba avanzando la gestación y la tripa y el cansancio iban aumentando, mi soltura de movimientos iba disminuyendo. El último més y medio prácticamente lo dediqué a ejercitar suelo pélvico (fundamental), "abrir" las articulaciones que intervienen en el parto, fortalecer brazos y sobretodo, a relajarme en general.

  Si me preguntan si me sirvió durante el parto el haber realizado pilates durante todo el embarazo, no sabría qué responder, ya que no puedo saber si no lo hubiera hecho cómo habría ido todo.

  Algo que sí tengo claro, es que la recuperación post-parto no hubiera sido a nivel físico tan rápida sin el pilates de por medio. En relación a la parte visible del cuerpo, en pocas semanas tenía el cuerpo tal cual antes del embarazo. Y aunque esta es la parte que menos me preocupa, siempre está bien volver a verte igual cuanto antes.
  Lo más importante sin duda es la recuperación de la musculatura interna, tanto abdominales como suelo pélvico.

  La vuelta a la rutina "pilatera" fue en septiembre, después de un verano de adaptación a la nueva vida. Habían pasado unos 4 meses desde el parto.
  Al principio fue duro, porque aunque estaba más o menos en buena forma física, no dejaba de ser una mami reciente a la que le hacía falta un poco de aceite para engrasar las articulaciones.
  Reconozco que la parte emocional jugaba también un papel importantísimo... Veía a mis compañerxs tan a tope y yo que no era capaz ni de hacer los ejercicios adaptados al embarazo... Poco a poco fui soltándome y me di cuenta de que era más un tema psicológico que físico: sólo me hacía falta volver a confiar em mí (y tampoco voy a negar que los abdominales no estaban tan bien como me pensaba...)

  Hoy, casi 8 meses después, me encuentro físicamente genial, con energía. Y, temiendo en cuenta que me paso 24 horas al día con un terremotillo que va corriendo a todas partes, es súper importante.

  Además, las crisis de dolor me duran un día como mucho, así es que por esa parte también le doy un 10 al pilates.


  Como curiosidad​ os contaré que los niveles de relaxina que aumentan para el momento del parto (para que las articulaciones implicadas en ese momento puedan "abrirse" un poquito más) un año después sigo teniéndolos altos. Siempre he sido un poco de goma, pero después del parto soy muchísimo más flexible.

  Como conclusión, deciros, mujeres, hombres, probad a practicar pilates, es el mejor desatascador y tonificador que conozco. Hombres en general, deciros también que el pilates no es "estiramientos suaves para mujeres" quitaos los perjuicios y veréis..



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