jueves, 21 de septiembre de 2017

Vuelta al parque, vuelta a los clanes

  Lxs ma-padres, las escuelas, todxs se llenan la boca hablando de inclusión, de compañerismo y aceptación.

  Pero los parques, casualmente llenos de niñxs que van a la guardería, os delatan. Y os delatáis vosotrxs también, padres, que no dejáis que vuestrx hijx juegue con otrx si no va a la "guarde".

  Y no, no estoy exagerando.

  Ir una tarde al parque si no estás dentro del círculo papillas-gusanitos-guardería-Estivill es ir a ponerse de los nervios. Y creedme, no lo digo por mí (ni por todas las madres que se sienten excluidas por las demás)

  Lo digo por lxs peques que no están dentro del selecto club.

  Hasta hace poco me lo guardaba, me dolía ver como era la madre del niñx X quien venía con cualquier excusa a llevarse a su hijx para que jugara con sus "amiguitxs" y no con Eyre. Y me lo guardaba porque en mi entorno, generalmente, lxs niñxs van a la guardería. Pero empecé a comentarlo con mamis que, como yo, trabajan cuidando de sus peques. Y, para mi (triste) sorpresa, las historias del parque de Pocoyó también ocurrían en el parque murciano o en el de Valencia.

  Llegas con tu hijx, y están todas las madres agrupadas cual comandos de guerra "pelando" a tal y cual. Siempre es la misma madre la que "dirige" el clan. Las saludas (tu madre siempre dijo que la educación lo primero) TE IGNORAN. Vale, piensas, mientras la chiquilla juegue, a mí no me hace falta "tragarme" ese tipo de conversaciones sobre alimentación prehistórica, o sobre lo "rápido" que le han quitado el pañal a base de premios y humillaciones.

  Pero no, esas madres que parecen tan absortas arreglando el mundo, salen de su máxima concentración cuando ven que su hijx se está juntando con una "plebeya". Entonces viene y se lx lleva al grupito de sus compis de guardería.

  Y te quedas tú con el dolor más grande que produce la exclusión, con ganas de explicarle a esa madre que le acaba de hacer el peor "favor" a su hijx. Y, por supuesto, acaba de herir la inocencia y la bondad de una niña pequeña.

  Y cuando piensas que todo va a seguir igual, un día (uno de tantos, pensé) Eyre se acerca a jugar con un niño "mayor" que estaba jugando con un peluche de Mickey. Y el niño la recibe como lxs niñxs hacen, con naturalidad infantil. Y su madre llora. Y le digo "que raro que siendo mayor quiera jugar con ella" Y me contesta "es la primera niña que dejan acercársele. Él tiene un problema de comunicacióny le cuesta relacionarse. En cuatro años, es la primera vez que le veo jugar con alguién en el parque"

  Entonces, con lágrimas, entiendo que la exclusión y discriminación no la provocan lxs niñxs, sino los ma-padres. Entiendo que lo de que lxs "niñxs son crueles" es mentira, son los adultos que les acompañan los que les enseñan a ser así.



  He contado unas viviencias personales, que coinciden en muchos casos con las vivencias de otrxs niñxs en otros parques.

   En ningún momento digo que todxs lxs que lleváis a vuestrxs peques a la guarde actueis igual, aunque os invito a la reflexión, y si es así, si habéis actuado alguna vez así, aún estáis a tiempo de rectificar, por ellxs, no por las madres que estamos fuera del círculo sagrado.

2 comentarios:

  1. Todo lo contado es 100% real y da muchísima rabia, sobretodo por los peques que no se merecen vivir situaciones parecidas....

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    1. Tú puedes corroborarlo que lo has visto...Una pena tremenda...

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