jueves, 14 de diciembre de 2017

Súper Papi

  A menudo leo y escucho con pena relatos de padres que no asumen las responsabilidades que su "cargo" les otorga. Padres que entienden que sus bajas paternales son para descansar (y ya de paso, la baja de la madre para que se deslome criando sola a un recién nacido mientras se recupera del parto). Padres que sólo aparecen para presumir de hijas e hijos. Padres que exigen un "llevar al día" la casa. En definitiva, padres que no saben lo que significa ser padre.

  Y me entristece. Me enfada mucho ver como modelos sociales de hace 20-30-40 años, siguen repitiéndose con la única reivindicación de una madre deshecha que casi siempre acaba echándose la culpa a ella misma.

  Y te veo a ti, Súper Papi, y no encuentro en tu ser ni un atisbo de estas situaciones tan machistas. Y pienso de dónde saliste con tu mono de mecánico y tu capa de superhéroe.
  
  Somos un barco en el que remamos todos, tú, trabajando todo el día fuera de casa y cuando vuelves no desapareces. Yo, en casa, cuidando y guiando a nuestra hija. Y, por supuesto, Eyre, nuestra capitana, la que encuentra siempre la estrella Polar en el cielo.

  En casa no me ayudas, sino que haces parte de las tareas de casa porque entiendes que yo no estoy en casa descansando. Cuando tú estás, te ocupas de Eyre para que yo pueda desconectar (o dormir 10 minutitos más) 

  Todo esto debería ser lo habitual. Es lógico, ¿no? Dos personas deciden tener un bebé y cuando nace, se dedican ambos a su crianza (en lo bueno y en lo malo, en el parque y en el médico...) y, por supuesto, nunca olvidan que conviven bajo el mismo techo con todo lo que ello implica.

  En nuestro caso, como sabéis, yo me dedico a criar a Eyre durante todo el día. Antes de tenerla, ya estaba sin empleo remunerado, así que cuando nació, decidimos continuar con esa situación.
  Súper Papi es mecánico, y trabaja fuera todo el día. Súper mami, osea yo, trabajo todo el día también, pero en casa.

  Nunca, nunca, ha menospreciado mi trabajo. De hecho, no hago todas las tareas de casa, y es él el que las hace los fines de semana. Ningún reproche. Ningún: "estando tu en casa no tendría que hacer yo nada" Nada de eso...

  Los hombres de verdad, educados en equidad, apechugan, asumen responsabilidades y tareas, no se desactivan al llegar a casa porque entienden que tu labor también es dura.

  Los hombres de verdad reman contigo. Son compañeros de vida, no lastres, no entes superiores.

  Lo cuento desde mi experiencia, porque entiendo que mi situación (y la de muchas que sois amas de casa y mamis 24/7) es la que, a priori, es más vulnerable a actitudes machistas. Soy consciente que también hay parejas en las que ambos trabajam fuera en las que él espera, al llegar a casa, tener una criada en vez de una compañera.


  Hoy escribo este post como un pequeño reconocimiento a Súper Papi, el que llega con las manos llenas de grasa, se las lava y enseguida se arremanga para hacer cosas en casa. El que sabe arreglar con sus manos lo que está hecho añicos. El que mira la vida con mis mismas gafas violetas. El que entiende la paternidad como una aventura llena de alegría pero con muchas responsabilidades.

  Eyre es muy afortunada de criarse con un modelo de hombre de los que no se encuentran fácilmente.


  Y yo soy muy afortunada de tener un compañero de vida así, cómplice de mis locuras y que siempre camina a mi lado.

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