jueves, 31 de mayo de 2018

Menú semanal de cara al verano

  ¡Hola!¡Cuánto tiempo! Sé que he estado desaparecida, out. La crisis de los 2 años ha venido con fuerza. La demanda tetil y las noches toledanas están haciendo mella...

  ¡Pero aquí estoy! Como sé que os gustan mis menús semanales, y me gustaría que volvieráis a quererme un poquito, hoy os traigo un menú en la línea de los anteriores: platos fáciles, saludables y que se pueden cocinar y guardar. Ademas, algunos de ellos están indicados para implicar a toda la familia, y hacer del momento de cocinar, un ratito para pasar juntos.

  Quienes me sigáis desde hace tiempo, sabéis que los menús son muy orientativos, no son cerrados, y si en vez de arroz al horno, os apetece más arroz con verduras, ¡pues perfecto!


  Como veis, "repito" platos de otros menús. Esto es porque, aunque me gusta cocinar, no soy profesional de la cocina ni nutricionista, y las ideas me vienen con cuentagotas.

  Los nuevos "fichajes" son:

PIMIENTOS RELLENOS

INGREDIENTES (para 4 personas)

-4 pimientos rojos medianos
-Arroz integral (4 partes)
-Cebolla
-Zanahoria
-Un poco de carne picada (opcional)
-AOVE

Para la bechamel..
-Leche (puede ser vegetal)
-Harina
-AOVE
-Sal y pimienta

  Asamos los pimientos hasta que estén blanditos pero no cocinados del todo (necesitamos un poco de consistencia)

  Mientras, reogamos la cebolla y la zanahoria, añadimos la carne picada, añadimos el arroz y el agua (el arroz integral necesita 3 partes y media de agua por cada una de arroz) y dejamos cocinar durante unos 40 minutos.

  Cocinamos la salsa bechamel.

  Abrimos la parte superior de los pimientos y vaciamos con cuidado las pepitas (la carne del pimiento que quitamos, la añadimos al arroz)

  Mezclamos el arroz con la bechamel y rellenamos cada pimiento con esta mezcla.

  Ponemos en el horno a gratinar.

  Este plato podemos dejarlo hecho del día anterior a falta de hacer la bechamel. Cuando queramos comernoslo, sólo tenemos que hacer la salsa, mezclar con el arroz, rellenar y a gratinar.

CUSCUS CON VERDURAS

INGREDIENTES (4 personas)

-Verduras al gusto (nosotros solemos usar champiñones, cebolla, zanahoria y calabacín)
-1 vaso de cuscus
-1 vaso de agua o caldo (las medidas de cuscus-agua dependerán del fabricante, así es que esta medida es orientativa)
-Curcuma

  Picamos las verduras y las pasamos por la sartén con AOVE. Añadimos el cuscus para que coja sabor y espolvoreamos con curcuma.

  Mientras, calentamos el agua/caldo hasta que esté muy caliente sin que llegue a hervir.

  Apagamos el fuego, retiramos y añadimos el agua/caldo y tapamos.

  Mientras, cocinamos la pechuga o la carne/pescado que queramos.

CREPES INTEGRALES VEGANOS CON VERDURAS A LA PLANCHA

INGREDIENTES

-1 vaso y medio de harina integral
-1 vaso y medio de bebida de avena
-1 chorrito de AOVE
-1 cucharadita de polvos de hornear (levadura química)
-1 pizca de sal.

-Verduras al gusto

  Mezclamos todos los ingredientes con una batidora.

  En una sartén grande y anti-adherente ponemos unas gotitas de aceite. Esperamos a que se caliente mucho.

  Usamos un cazo como medida para cada crepe. Vertemos mezcla, repartimos por la sartén con una espátula de madera. Para saber si está para dar la vuelta a la tortita, levantamos un poquito y miramos si esta dorada. Cocinamos por las dos partes y retiramos. Así con cada una.

  Mientras, vamos haciendo a la plancha las verduras.

  Este es un plato ideal para cocinar entre todos: por ejemplo, yo hago las crepes y mientras, Súper Papi y Eyre, cocinan las verduras.



  Para comer el domingo, os propongo pollo al horno por su sencillez, pero, si os animáis con un plato un pelín más elaborado, la dorada al horno con una cama de verduras también es una muy buena opción, sabrosa, saludable y económica.



  Como siempre, espero que os sean de ayuda estas ideas y que podáis disfrutarlas cocinandolas y, por supuesto, ¡en la mesa!

jueves, 3 de mayo de 2018

Cómo me ha cambiado la maternidad. Reflexiones de 2 años.


  Hace unos días, Facebook me recordaba una foto de hacía dos años: Súper Papi, Duque y una futura mami que se creía que todo era Yupilandia. La inocencia en mis ojos, la niñez en mi cara. Esa ansiedad y emoción de quien está a las puertas de la cita a ciegas más importante de su vida.

(Siento la calidad de la imagen)

  Después de esa foto, todo se vuelve borroso. La alegría de tener a Eyre en mis brazos con la desazón de las almas rotas. El no entender, el verme sobrepasada.

  Ahora miro fotos de antes de ser madre y no me reconozco. ¿Esa era yo? ¿En serio? ¿O ahora es cuando de verdad soy y estoy yo? No es el cambio físico, que ha sido tremendo. 20 kg (casi 30kg si contamos el embarazo) me separan de esa Mari que no sabía la que se le venía encima.

  Dos años después del jueves 21 de abril de 2016, soy más fuerte, más paciente y reflexiva. Las y los que me conocen saben de mi impulsividad a la hora de hablar, mi explosividad en las discusiones.

  Sigo siendo de fácil "empanamiento", sólo que ahora, estoy tan cansada a veces, que, en realidad me duermo con los ojos abiertos.

  La relativización de las cosas es mi especialidad en la actualidad. Ya no me fastidia enormemente que se me rompa una uña, o no poder dormir (¿dor-qué?) hasta tarde. Ahora me preocupan más cosas como mi salud (y la de mi Súper Familia), cocinar platos saludables por Eyre y por nosotros, y vivir todos los momentitos con ellos a tope.

  Es curioso como cambian tus prioridades (aunque sigo sin poder salir a la calle sin maquillar o comprarme algún pintauñas de vez en cuando).

  Y si soy sincera, me cuido mucho más que antes. No veo que sea cierto eso de que las madres nos descuidamos. Y no estoy hablando de maquillarte o peinarte, que puede que no te guste. Hablo de dedicarte tiempo. Para pensar, para leer, para no olvidarte que eres madre pero no has dejado de ser mujer (es curioso ver como a los hombres, en general, no les cambia tanto la paternidad)

Y FUE CUANDO EL FEMINISMO ENTRÓ EN CASA...

  Ese día se produjo en mí (realmente en los dos) un cambio. Creíamos en la igualdad, el feminismo...pero de "boquilla". A partir de ese día, empezamos a poner en práctica (a veces con errores y otras con aciertos) esas ideas de un mundo más equitativo. Vamos pasito a pasito, trabajando día a día para que Eyre tenga un presente y un futuro en el lugar que le corresponde en la sociedad.


SÚPER PAPI Y SÚPER MAMI DESDE QUE SOMOS SÚPER PAPI Y SÚPER MAMI

  Ese día también nos cambió como pareja. Ese día se estableció un vínculo más entre nosotros. Ese día pasamos a ser compañeros de vida con un proyecto enorme hecho realidad. Ese día se nos pusieron muchos retos en nuestro cómodo camino que nos han hecho madurar como pareja.

  Siempre hemos sido de hablar todo, pero desde que somos padre y madre, vivimos más en común todo (sin dejar de ser él y yo dos personas distintas)

  Ahora disfrutamos más del sexo, un sexo más maduro, con más compenetración. La experiencia del embarazo, el parto y el horrible y larguísimo post-parto hicieron que Súper Papi y yo nos conocieramos más, y eso, en la intimidad, se nota. En dos años nos hemos conocido más que en todos los años que llevamos juntos.

UN CAMBIO DESDE LAS RAÍCES

  El cambio ha sido radical, desde mi raíz.

  Me deconstruí para nacer de nuevo. 

  Prácticamente ya no reconozco a la Mari de antes. Sigo siendo la misma, pero tan distinta que me cuesta encontrar las similitudes. Y, como he dicho antes, no es cuestión sólo del físico, eso, al fin y al cabo, viene y va, es el envase de quien somos.

  La madurez, lo que me enseña mi gran dama valiente, no lo cambio por nada.